viernes, 12 de septiembre de 2008

Fraternidad y Solidaridad con Haití






(De la Conferencia Haitiana de Religiosos y Religiosas)

Poco después de las grandes damnificaciones y pérdidas causadas por la cadena de los 5 huracanes, el pueblo haitiano se inunda mucho más en la miseria. En todas partes, las personas que se encuentran en los centros provisorios de huéspedes lazan gritos de hambre y de sed. Los ojos de los autoridades gubernamentales, a pesar de su impotencia, y los ONG’s locales vencidos por la gravedad de los acontecimientos, son todos enfocados sobre Gonaïves, ciudad totalmente inundada por lo menos dos veces en 4 años. Está focalización explica la cantidad enorme de pérdida de vida humana y bienes materiales así como las amenazas de cesión de servicios en una ciudad ya sin grandes estructuras, una ciudad situada al mismo nivel del mar. Entre tanto,
los habitantes de otras ciudades y provincias mueren de hambre. Nueve departamentos sobre diez son inundados.

Las aulas de clase, los centros de salud, los centros de nutrición así como las casas residenciales y conventos de los religiosos y religiosas están llenos de refugiados a causa de las inundaciones. No hay condiciones propicias y estructuras convenibles para cuidar a estas personas. Todavía, las autoridades haitianas no pueden hacer ninguna intervención pertinente por falta de posibilidades. Algunas ONG’s, de acuerdo con la Misión de las naciones Unidas para la estabilidad en Haití (MINUSTAH) están haciendo algunas intervenciones puntuales. Sin embargo, estás representan un gota de agua en el océano de necesidades de la población damnificada. Algunas comunidades religiosas locales en estas condiciones deplorables no pueden por ahora alimentar a los refugiados ni siquiera sus propios miembros de comunidad.

Les agradecemos de antemano por lo que ustedes van a hacer para este pueblo herido y damnificado. ¡Que el Señor les bendiga y les acompañe cada día más en sus obras de caridad!

Atte. Los miembros del bureau director de la CHR
Sr Maryse Georges, sfa


1 comentario:

Abrazos dijo...

Al leer la situación en Haití, además de sentir mucho dolor y tristeza por toda la gente que está sufriendo, siento que la sensibilización y la confraternización son muy importantes. Por supuesto que la oración es fundamental y personalmente me comprometo a orar por nuestros hermanos e invito a unirnos en ella.
Con toda esta realidad (entre otras donde se observa tanta pobreza y marginalidad) reflexionemos acerca de nuestras actuales prioridades.
Un abrazo a todos y todas!